Gracias. Así acabaron anoche once años de CNN+. Una cadena de referencia en la televisión nacional y en el ámbito informativo. Muchas cosas se pueden decir y se dicen ahora de la cadena. Escuela de periodismo y de buenos hábitos para algunos, acogedora de grandes profesionales de la información y ejemplo de lo que debe ser y no es, para otros. Profesionales que han sabido mantener la compostura hasta el último momento, que han visto como sus sueños se apagaban de un soplido, como perdían sus puestos de trabajo, cómo muchos van al paro y han demostrado ser periodistas con mayúsculas.
El apagón de CNN+ no es más que el reflejo de lo que pasa en la sociedad. Una masa de gente que se deja lleva, que elimina de su día a día la mentalidad crítica y que se deja llevar por el conformismo más cómplice del que nadie puede hacer gala. Pero ¿por qué acaba CNN+?. Cosas de la fusión. El nuevo gigante de la comunicación en España, Telecinco avanza a pasos agigantados para llenar toda la parrilla de carne, de carne rosa, de entretenimiento y de contenidos baladíes. Y claro, un 24 horas todo noticias no entraba precisamente en sus planes. Sobre todo, teniendo en cuenta que la cadena ha sido radical con las críticas a algunos jefes o jefecillos a la italiana.
Pero qué puede sustituir a CNN+, qué puede haber con más rigor, con más estilo y que informe más al público. Pues un 24 horas de Gran Hermano. Sí, un 24 horas. Un 24 horas de vida ínfima, que ha pasado por encima del rigor y de la profesionalidad. Está pasando. Lo están viendo. Es Gran Hermano.
Este blog pretende recoger y analizar la actualidad televisiva. Un mundo complejo y apasionante en el que los intereses, la lucha por las audiencias y las tensiones entre cadenas se entremezclan.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
Trágico accidente en directo
Todo no vale. En un momento en el que la lucha por las audiencias es encarnizada, las televisiones arrojan toda la carne posible a las parrillas de su programación. Juguetes rotos, productos exprimidos, provocación, delincuentes en platós...y todo por sumar algunas décimas de share.
El pasado domingo, en la cadena alemana ZDF2, los espectadores pudieron presenciar cómo un joven se quedaba en coma y muy probablemente paralítico. En el programa Wetten Dass, una versión del ¿Qué apostamos...?, Samuel Kotch debía saltar con unos zancos sobre un coche en marcha para superar la prueba. El vehículo lo conducía su padre. Pero las cosas no salieron bien. El joven quedó tumbado en el suelo, inconsciente y permanece ingresado en coma inducido.
Tras la tremenda caída, el programa tuvo la deferencia y el acierto de no emitir la atención sanitaria a Samuel. Además, después del fatal accidente, el programa fue cancelado y Justin Bieber se quedó sin actuar. ¿Qué hubiera pasado si esto ocurre en España?. Me da la espina que la reacción hubiera sido muy diferente. Telecinco hubiera repetido hasta la saciedad las imágenes, a cámara lenta, a cámara rápida, con un detallismo trágico que roza lo vergonzoso. No lo digo por decir, es que hay antecedentes.
El presidente del consejo de administración de la cadena, y primer ministro de Renania-Westfalia, Kurt Beck, han comentado que lo ocurrido obliga a abrir un debate sobre la lucha por las audiencias en la televisión pública, y sobre los límites que no deben sobrepasarse cuando se quiere atraer espectadores con actos espectaculares y temerarios. Como siempre, toca lamentarse a toro pasado.
El pasado domingo, en la cadena alemana ZDF2, los espectadores pudieron presenciar cómo un joven se quedaba en coma y muy probablemente paralítico. En el programa Wetten Dass, una versión del ¿Qué apostamos...?, Samuel Kotch debía saltar con unos zancos sobre un coche en marcha para superar la prueba. El vehículo lo conducía su padre. Pero las cosas no salieron bien. El joven quedó tumbado en el suelo, inconsciente y permanece ingresado en coma inducido.
Tras la tremenda caída, el programa tuvo la deferencia y el acierto de no emitir la atención sanitaria a Samuel. Además, después del fatal accidente, el programa fue cancelado y Justin Bieber se quedó sin actuar. ¿Qué hubiera pasado si esto ocurre en España?. Me da la espina que la reacción hubiera sido muy diferente. Telecinco hubiera repetido hasta la saciedad las imágenes, a cámara lenta, a cámara rápida, con un detallismo trágico que roza lo vergonzoso. No lo digo por decir, es que hay antecedentes.
El presidente del consejo de administración de la cadena, y primer ministro de Renania-Westfalia, Kurt Beck, han comentado que lo ocurrido obliga a abrir un debate sobre la lucha por las audiencias en la televisión pública, y sobre los límites que no deben sobrepasarse cuando se quiere atraer espectadores con actos espectaculares y temerarios. Como siempre, toca lamentarse a toro pasado.
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